Comentario
Capítulo 22
De cómo llegó la nueva de cómo el capitán don Hernando Cortés, haviendo vencido a Pánphilo de Nárvaez, bolvía ya para México con otros muchos españoles que de nuevo havían venido
Estando las cosas como arriba se dixo, vino nueva cómo capitán don Hernando Cortés venía con muchos españoles y con muchos indios de Cempoalla y de Tlaxcalla, todos armados y a punto de guerra, y con gran priesa. Y los mexicanos concertaron entre sí de absconderse todos y no los salir a recebir, ni de guerra ni de paz. Y los españoles con todos los demás amigos fuéronse derechos hazia las casas reales donde estavan los españoles. Y los mexicanos todos estavan mirando y ascondidos que no los viesen los españoles. Y esto hazían por dar a entender que ellos no havían començado la guerra. Y como entró capitán con toda la otra gente en las casa reales, començaron a soltar todos los tiros en alegría de los que havían llegado y para atemorizar a los contrarios.
Y luego començaron los mexicanos a mostrarse y a dar alaridos y a pelear contra los españoles, echando saetas y dardos contra ellos. Y los españoles ansimismo començaron a pelear, tirar saetas y tiros de pólbora. Fueron muertos muchos de los mexicanos. Tiravan los españoles todos sus [tiros] muy certeros, que nunca erreavan tiro que no matase con él. Y como vieron los mexicanos daño que recibían de parte de los españoles, començaron a culebrar para escaparse de los tiros, y andar de lado. Dieron convate cuatro días arreo a las casas donde estavan los españoles, y después de estos cuatro días, los capitanes mexicanos escogieron muchos soldados viejos y hombres valientes, y subiéronse sobre un cu, que estava más cerca de las casas reales, y subieron allá dos vigas rollizas para desde allí echarlas sobre las casas reales y hundirlas para poder entrar. Visto esto, los españoles luego subieron al cu con mucha orden, y llevavan sus escopetas y vallestas. Començaron a subir muy despacio y tiravan con las vallestas y escopetas a los de arriba. En cada rencle iva delante un escopetero y luego un soldado con espada y rodela, y luego un alabardero; por esta orden ivan subiendo al cu. Y los de arriba echavan los maderos por las gradas del cu abaxo, pero ningún daño hizieron a los españoles. Y llegando a lo alto del cu començaron a herir y matar a los que estavan arriba, y muchos de ellos se despe[ñ]avan por cu abaxo. Finalmente, todos murieron los que havían subido al cu. Tornáronse los españoles a su fuerte y barreáronse muy bien. Los mexicanos enterraron a los que allí murieron, porque toda era gente principal y de mucha cuenta en la guerra.